Cadena Alimenticia consistió en una instalación y un performance realizadas como un primer ensayo para explorar la relación entre una escultura, o dispositivo en forma de plato móvil a escala humana, y el cuerpo de dos performers. La acción consistió en un juego de roles donde una persona desplazó a otra persona inmovilizada, a través de una sala llena de correas colgadas del techo con pinzas de acero cosidas en los extremos. Cada pinza de acero sostuvo un trozo distinto de comida a la altura de la boca de la persona inmovilizada, por lo que a medida que ésta era desplazada, podía ir comiendo los pequeños bocados de comida suspendida de las correas.

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Dentro del performance se estableció un juego de roles con la ayuda de un traje que anulaba la movilidad de brazos y la visión, además de la fijación por medio de fajas, al gran plato de acero con ruedas. El traje, pensado como un limitante y al mismo tiempo como un potenciador de movimientos, se convirtió en un dispositivo clave para la acción, dado que marcó la pauta de los movimientos.

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A partir de la exploración formal que dio lugar el performance Cadena Alimenticia surgió posteriormente el proyecto Oral.

The project developed within the framework of the art fair La Carnicería, which consisted of an installation of "edible" sculptures organized as a scenography in an abandoned bathroom of the Camino Real shopping mall. In parallel with the installation, the artist made a performance where he sold cabanossi fingers decorated with rings and acrylic nails.

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Based on the dynamics of the art market, and specifically on the concept of the fair, Finas Carnes was proposed as a performance in which the artist, organized an absurd and playful dynamic that problematizes the conventions of the gastronomic world, collecting, sexuality, and desire.