Doce, amadeirado e picante
Alianza Francesa, Lima, 2024
Daniel Tremolada (Lima, 1986) pone el foco de atención en la canela y el régimen de sometimiento y explotación de comunidades derivado de los procesos de colonización, cultivo y establecimiento de rutas comerciales relacionados con esta especia que se desarrolló en paralelo al comercio de mano de obra esclava tejido entre Europa, África y América. El título del proyecto parte de la descripción y catalogación que los colonos portugueses, conquistadores de la isla de Ceilán (actual Sri Lanka y fuente principal de la especia), ofrecieron de ella.
Los intentos –estériles– de los conquistadores españoles de encontrar una fuente de canela equivalente en tierras americanas, no impidió que la vitalidad de esta especia migrante también llegara al actual Perú y que se convirtiera en ingrediente principal de algunas de las recetas más tradicionales e idiosincráticas de este país. El frejol colado, por ejemplo, un dulce típico cuya preparación se atribuye, entre otros, a colectivos vulnerables, como los afrodescendientes que trabajaban en las haciendas y que aprovechaban los escasos recursos a su alcance, podría ser caso de estudio de una antropología culinaria criolla, e ilustra, asimismo, la manera acrítica en la que asumimos el rol que la contemporaneidad sigue asignando a los saberes y productos ofrecidos por sujetos cuyo valor ha sido expropiado.
Las maneras azarosas en las que la canela –sus presencias y sus ausencias– ha ido dibujando rutas geográficas inesperadas se formalizan en esta exposición a través de piezas que dan cuenta de nuevos trazos, manchas y coloreados dejados a su libre acontecer. También se invocan las velas de las embarcaciones, que aquí aparecen dislocadas, amorfas, rasgadas, anuladas de su función; velas que unen continentes y que aquí sostienen una mercancía a punto de declinar, bajo la tensión impuesta por los retazos de un imperialismo tóxico, que hasta el día de hoy es parte de la construcción de nuestras identidades.
La muestra, que navega entre lo analítico y aspectos personales y genealógicos del artista, profundiza en buena parte de los temas que forman parte del cuerpo de trabajo de Tremolada: la alimentación y los rituales alrededor del comer, las economías subyacentes a la construcción del deseo y la necesidad de descolonizar un constructo cultural como es la gastronomía.
Carlos Copertone
Daniel Tremolada (Lima, 1986) puts the spotlight on cinnamon. He focuses on the regime of subjugation and exploitation of communities derived from the processes of colonization, cultivation and establishment of trade routes related to this spice, which developed in parallel to the trade of slave labor woven between Europe, Africa and America. The title of the project is based on the description and cataloguing that the Portuguese colonists, conquerors of the island of Ceylon (present-day Sri Lanka and main source of the spice), offered of it.
The Spanish conquerors' unsuccessful attempts to find an equivalent source of cinnamon in the Americas did not prevent the vitality of this migrant spice from also reaching present-day Peru and becoming the main ingredient of some of the most traditional and idiosyncratic recipes of this country. For example, frejol colado, a typical sweet whose preparation is attributed, among others, to vulnerable groups, such as the Afro-descendants who worked in the haciendas and took advantage of the scarce resources available to them, could be a case study of a Creole culinary anthropology. It also illustrates the uncritical way in which we assume the role that contemporaneity continues to assign to the knowledge and products offered by subjects whose value has been expropriated.
The haphazard ways in which cinnamon -its presences and its absences- has been drawing unexpected geographical routes are formalized in this exhibition through pieces that show new strokes, stains and colors left to their free occurrence. Also invoked are the sails of ships, which here appear dislocated, amorphous, torn, annulled of their function; sails that unite continents and that here sustain a merchandise on the verge of declining, under the tension imposed by the remnants of a toxic imperialism, which to this day is part of the construction of our identities.
The exhibition, which navigates between the analytical and personal and genealogical aspects of the artist, delves into many of the themes that are part of Tremolada's body of work: food and rituals around eating, the economies underlying the construction of desire and the need to decolonize a cultural construct such as gastronomy.
Carlos Copertone